Depresión y menopausia

Los cambios hormonales que provoca la menopausia producen alteraciones también en el estado de ánimo, pudiendo causar ansiedad, cambios de humor, tristeza y en algunos casos, depresión. Conocer los síntomas de la depresión es fundamental para tratar cuanto antes esta enfermedad mental que puede llegar a ser muy grave.

¿Cómo reconocer una depresión?

La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la percepción de tristeza, infelicidad o melancolía durante un largo periodo de tiempo (más de 2 semanas). Entre las principales señales que nos pueden alertar de una depresión encontramos:

- tristeza constante

- infelicidad

- melancolía

- ansiedad

- estrés

- apatía y falta de interés por todo

- cansancio y fatiga

- alteraciones en el sueño (dormir mucho o padecer insomnio)

- falta de atención

- irritabilidad

- ganas frecuentes de llorar

- cambios en el apetito, con pérdida o aumento de peso

- problemas para concentrarse

- sentimiento de desesperanza y abandono

- sentimientos de culpa

- pensamientos recurrentes sobre la muerte o el suicidio

Estos síntomas afectan a la vida diaria, imposibilitando seguir de manera normal con el trabajo, las relaciones familiares y sociales y, en los casos más graves, llevando incluso al suicidio. Por eso, es importante reconocer estos síntomas para buscar la ayuda profesional adecuada de inmediato.

¿Por qué la depresión es más común en la menopausia?

Se calcula que hasta un 20% de las mujeres puede sufrir depresión en algún momento tras la llegada de la menopausia, incluso hay algunos estudios, como uno publicado recientemente en la revista Menopause (1), que hablan de hasta un 40% de mujeres. Pero ¿por qué es más habitual sufrir este trastorno en la menopausia?

La causa principal son los cambios hormonales de esta etapa. La menopausia está causada por una disminución brusca en los niveles de las dos principales hormonas sexuales femeninas, estrógenos y progesterona, que provocan el cese de la ovulación y los ciclos menstruales. Pero estas hormonas participan en muchas otras funciones en el organismo, por lo que pueden causar otros muchos síntomas como los conocidos sofocos y sudores nocturnos, sequedad vaginal, disminución de la libido… o alteraciones en el estado de ánimo como irritabilidad o depresión.

Y es que estos cambios hormonales afectan a los neurotransmisores del cerebro, especialmente la reducción de estrógeno. El estrógeno controla la cantidad de serotonina y noradrenalina que se produce en el cerebro. Ambos ayudan a regular el estado de ánimo. Si la producción de estrógenos es baja, los niveles de serotonina también, afectando al estado de ánimo, el optimismo y la felicidad.

Además, la llegada de la menopausia puede resultar estresante en si misma debido a los cambios y molestias que supone a nivel vital. 

Por otra parte, hay que tener en cuenta que la menopausia llega de media a los 50 años, una época que suele coincidir con otros cambios laborales y personales como la separación de la pareja, la marcha de los hijos de casa o síndrome del "nido vacío", el cuidado de los padres, etc.

Las mujeres con antecedentes de ansiedad y depresión clínicas parecen ser particularmente vulnerables a la depresión recurrente durante los meses de la menopausia o incluso en la perimenopausia (los años previos a la llegada de la menopausia). Los antecedentes personales o familiares de depresión posparto y de trastorno disfórico premenstrual (síntomas graves de depresión, irritación y ansiedad antes del período) son factores principales de riesgo para padecer depresión en la etapa menopáusica.

Los cambios de humor que se producen en menopausia y la postmenopausia provocan angustia y afectan al bienestar general y la vida diaria de la mujer. Además, esto tiene un impacto en otras personas, en especial en los cónyuges, familiares y compañeros de trabajo.

Por tu bien, busca ayuda cuanto antes.

¿Cómo tratar la depresión en la menopausia?

El tratamiento de la depresión en la menopausia es igual que en cualquier otro momento de la vida. En los casos más serios es necesario recurrir a los profesionales sanitarios como psiquiatras o psicólogos. Existen diversos tipos de antidepresivos, el médico decidirá cuál es el mejor en cada caso, si tuvieras que medicarte. 

Además, es conveniente acudir a psicoterapia para que el profesional de psicología dé las herramientas que puedan ayudar a superar estos sentimientos y volver a tener ganas por vivir. Se recomiendan dos tipos de psicoterapia: terapia interpersonal (para entender las relaciones humanas) y terapia cognitiva conductual (enseña a identificar y modificar los pensamientos y creencias negativos que acompañan a la depresión).

Remedios naturales para prevenir la depresión

Es conveniente adoptar una serie de cambios en nuestro estilo de vida que nos pueden ayudar a sentirnos mejor, incluso prevenir la depresión:

1. Lleva una dieta sana y equilibrada, rica en alimentos beneficios para el cerebro como los ácidos grasos esenciales omega 3, que se encuentran en los pescados azules, el aguacate, la chia o los frutos secos. Evita los alimentos ultraprocesados, perjudiciales para la salud cerebral.

2. Realiza ejercicio físico con regularidad. El deporte nos ayuda a segregar hormonas como la dopamina o la serotonina, que nos proporcionan placer y felicidad.

3. Dormir y descansar bien, es un pilar de nuestro bienestar y de nuestra salud mental. Aquí tienes una lista de cosas que interrumpen el sueño.

4. Busca nuevas aficiones e intenta relacionarte con los demás, evitando quedarte encerrada en casa. Cultivar la sociabilidad nos aporta alegría y empatía hacía los demás. 

5. Limita el consumo de alcohol, evita el tabaco y huye de los dulces. Las 3 cosas afectan a tu estado de ánimo, comprometiendo el buen funcionamiento de órganos que ahora necesitas vitalmente cómo por ejemplo el hígado.

6. Practica yoga y meditación, que ayudan a aliviar la irritabilidad, la ansiedad y el estrés. El yoga incluso puede ayudarnos a combatir síntomas de la menopausia como los sofocos y los sudores nocturnos.

7. La Griffonia es una planta conocida cómo antidepresiva natural. Ayuda a tratar la depresión y sus síntomas como el cansancio, la ansiedad, la pérdida de apetito y las dificultades para conciliar el sueño.

8. La maca reduce la ansiedad, el estrés, los sofocos, el cansancio y aumenta la libido. Mejora el estado de ánimo y se ha estudiado su mejora en casos de depresión, después de una ingesta continuada de 12 semanas. Además, cómo menciona ese mismo estudio, es compartible con la toma de ansiolíticos y antidepresivos (IRSS). 

9. La ashwagandha contribuye a reducir el cortisol un 30%, favoreciendo la mejora de la calidad del sueño y actuando como neuroprotectora. Si el origen de tu tristeza tiene que ver con el cansancio y el insominio, te puede ayudar a encontrarte mejor.

10. Las vitaminas del grupo B, por ejemplo la vitamina B6, que ayuda a la producción de serotonina. De hecho, un estudio realizado en Dinamarca relacionó los niveles bajos de vitamina B6 con episodios depresivos (2). 

Cómo has visto una vida activa, con buenos hábitos y buena suplementación puede alejarte de caer en un estado de ánimo oscuro a causa de los desarreglos hormonales. 

Recuerda que esta información no sustituye ninguna pauta, medicación, tratamiento o consulta médica con tu especialista. 

Fuente:

(1) http://www.menopause.org/docs/default-source/professional/nams-practice-pearl-depression.pdf

Pajares, Francisco; Moraleda, Laura (2007), Cómo prevenir y tratar las secuelas de la menopausia. Ed. JAGUAR.

Alonso Álvaro, Angel; Fuertes Rocañín, José C; de la Gándara Martín, Jesús J.; Martínez Guisasola, Javier; Pérez Hidalgo, Carmen; Tamayo Santamaría, Maite (1997), Menopausia y Trastornos Psicosomáticos, Madrid, Cauce Editorial.

Scielo, http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352013000400002

(2) Pshycoter Psychosom Nov-Dec 2004;73(6):340-3. doi: 10.1159/000080386.  Anne-Mette Hvas, Svend Juul, Per Bech, Ebba Nexo

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